Nos dice Levinas en Dios, la muerte y el tiempo que estamos del uno al otro en relación hasta cuando no hay un lazo claro. El otro busca siempre al infinito y me contiene aun sin mi consentimiento. Es decir que aun sin conciencia hay una relación con el otro, cualesquiera que sean los nudos de esta intriga o de esta relación. Aclarando nudos, el otro me concierne y me preocupo por él, entonces si digo yo estoy escapando y desaparece este concepto de preocupación por el otro. Incluyendo al tiempo en esta reflexión, la espera es sin intencionalidad y se transforma en paciencia. Así, la intención se transforma en responsabilidad paciente por el otro. Entonces debemos pensar unidos al tiempo y al otro. El Otro en el tiempo está contenido en el Mismo inquietándolo. Trascender al infinito es aquí paciente responsabilidad.
Así el Otro despierta al Mismo, en un despertar que inquieta el descanso astronómico del mundo. Entonces, concluye Levinas el desastre es el pensamiento porque es des-astros, no estar en el mundo bajo la protección de los astros.
Me resultan muy importantes estas precisiones que hace Levinas y el tratar de curar nuestros desfases y centrarnos bajo la protección de los astros en paciencia que escucha al otro y se preocupa por él.
En paciencia abstracta astral que cuida y protege a todo otro
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