Isaías 2:1,
Palabra que dio Isaías, hijo de Amoz en lo concerniente a Judá y a Jerusalén, Y ocurrirá al fin de los días, que la montaña de la Casa del Eterno será como la cumbre de las montañas y exaltada será sobre las colinas y todas las naciones fluirán hacia ella. Y vendrán muchos pueblos que dirán: « Venid, subamos a la montaña del Eterno, a la Casa del Dios de Jacob. Él nos enseñará Sus caminos y andaremos en Sus senderos ». .. los pueblos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará espada contra otra nación, ni aprenderán más de la guerra.
Vemos que terminarán las guerras y de la misma manera podemos tener fe y trabajar por ello en este punto y en otros aspectos negativos de nuestra existencia, de la existencia en general y saber que un día se resolverán. Muy importante es, como aquí se menciona, que caminemos en los senderos divinos con agradecimiento y devoción, con fe y alegría, en apertura hacia el misterio de la creación, del rostro de todo otro que nos interpela.
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