El tema del exceso de imágenes y de juegos estéticos que desbordan nos distorsiona. Son escapes que junto con el materialismo, consumismo y el ruido de las ciudades nos lleva al desequilibrio y a la violencia. Debemos volver a lo simple y aprender a estar dentro de nosotros mismos para de ahí salir al mundo. Podemos crear y compartir para redirigir energías y ser para. Los excesos que decoran y resuelven vacíos no equilibran ni nos llevan a resolver después las diferentes violencias que nos aquejan. Es deseable volver a lo simple, reciclar y crear sin necesitar tanto, en sencillez, en el instante que nos interpela y busca para dar y compartir.
Vivir las danzas de la vida en simpleza y amor
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