El fascismo ha sido terrible para la humanidad y a pesar de todo algunos han sido seducidos por Mussolini por ejemplo. Antes de sus persecuciones antisemitas también algunos judíos lo admiran. Es terrible pensarlo, ese entusiasmo que después fue un drama. Hay seducción de muchos dictadores en sus discursos y después viene la caída de esa fuerza inicial. El chiste es tratar de comprender la violencia y la seducción unidas. Era una promesa de la simplificación de la vida moderna que se tornó en violencia. Mussolini promete una dialéctica simple reflejada en un enemigo contra el que se lucha y se borra la democracia. La autoridad era deseada, como una necesidad de guía que alivia y da seguridad. Las fibras interiores son seducidas para ser sometidas, se busca la sumisión. Debemos reflexionar estas trampas y salir de ellas, salir de las relaciones de sometimiento, el deseo negativo de abandonar la responsabilidad de la libertad de elección y de hacerse cargo de la propia vida. Esas apariencias son como una idolatría que somete al cuerpo del electorado, es un extraño estado de efervescencia política, como un estado alterado de la consciencia que distorsiona la realidad, una terrible comedia que aleja al humano de toda posibilidad de pensar racionalmente y empoderarse para decidir de manera libre e informada y salvarse de toda violencia. Estos temas en la política moderna deben reflexionarse para no caer en la falsa seducción que lleva a la idolatría y violencia.
Abstracta iluminación que no sea falsa seducción, vivir en responsabilidad y libre elección
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