Gramsci llamó Hegemonía a cómo la clase
dominante domina a la clase política o sociedad civil. La dominación se instala
en la cultura a través de los medios de comunicación. El autor nos habla del
intelectual colectivo y de la sociedad civil. Las ideas de Gramsci resurgen
cada vez que se trata de imponer un pensamiento único de acción. Los
movimientos de antiglobalización se alimentan de él. En Italia él quiso llevar
a la acción su pensamiento y creó consejos de fábrica. Los trabajadores se
levantaron contra la dominación. En la hegemonía hay predominio de un poder,
una imposición de tipo cultural. Toda revolución necesita un sujeto para
materializarse y por ello Gramsci crea los consejos de las fábricas. Sus ideas
permearon su tiempo y aún nos llega su impacto. La sociedad civil se reúne y
organiza constantemente para liberarse de la dominación. En algo se contrarrestan
procesos devastadores de globalización contra las voces de la sociedad civil. Me
parece determinante tener estas ideas en mente y la necesidad de oponerse aquí
y allá a la dominación de un solo poder, de unirnos para decir y lograr ser
escuchados en diferentes espacios y momentos sin llegar a la oposición
violenta, recordar siempre la conversación y el saludo que propone Levinas.
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