El tiempo se fue rápido pues el museo que visité el viernes no me dejó escribir y después tuvimos fiesta y nada de trabajar. Extrañaba mucho pero a veces es importante la restricción. Leí mucho que sí se puede y escuché las clases de Torá de mi midrash y recé. Muy bonito todo y es abrirse a lo que venga y aprovecharlo todo.
En apertura a la gracia divina
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