Grace Nehmad

jueves, 9 de junio de 2022

La risa nos salva

 

 

Bergson habla de la risa. Chaplin dice que nos comprendemos cuando reímos juntos, ¿podemos reír de todo? Sí podemos, pero no se trata de moralizar la risa. Llorar se acepta de todo, pero para la risa, no se permite siempre, para el racismo no, por ejemplo. ¿La emoción debe controlarse? Todos reímos, es un fenómeno fisiológico de liberar tensiones. El origen de la risa no es la felicidad sí la provoca después. Libera una tensión y después de producirse da felicidad. Lo que provoca la risa es el miedo del que nos salvamos, es un relajamiento. Es estar en riesgo de lastimarse y no lastimarse lo que da risa como función fisiológica, es evacuar estrés como el sudor. Es un medio de evacuar tensiones y regresar a un equilibrio de estabilidad emocional. Ahora debemos ir más lejos. El humor es el arte de provocar la risa. En el humor la evacuación de la tensión desde la incongruencia que sale de los esquemas esperados. Los juegos de palabras nos hacen reír porque se desvían de lo esperado. La tensión viene de un peligro de un mundo anormal. La sexualidad en público nos da risa porque transgredimos un límite social. La tensión en estos casos de lo simbólico causa risa, es la tensión entre lo permitido y lo prohibido. Para Bergson la risa es un corrector social. La risa es la reacción de la introducción de lo mecánico en lo viviente. Lo viviente fluye y lo robótico es tosco. Las microexpresiones del rostro son lo humano y viviente en movimiento constante. Bergson dice que si vemos lo mecánico nos da risa porque se ausenta la vida en ello. Es la repetición y automatización lo que anula la vida y da risa como castigo por haber adoptado una postura mecánica a la vida y sus preguntas. Salimos de la vida si somos mecánicos. La distracción provoca la risa. Para Bergson la risa es recordatorio del orden social y vital que condena la inatención y lo excéntrico, lo novedoso. Si los hombres fueran atentos a la vida no habría necesidad de corrección de la distracción. La sociedad castiga los defectos de los culpables y los humilla e intimida para llamar al regreso al orden. La risa contiene crueldad, ¿podemos reprimirla? Nos amenaza. Kant hablaba de la insociable sociabilidad y Freud hablaba de polos opuestos de orden y desorden. Somos animales que rien para sobrevivir nuestra crueldad y condición de vida. Me parece terrible esta interpretación filosófica de la risa o verla sólo como evacuación de tensiones que produce felicidad. Es reducido y crudo para mí. Me gusta pensar que es cierto todo esto y golpea su verdad, pero que hay un lado más hermoso, estético y agradable, nos hermana y une porque nos reímos de nuestros errores que estamos en camino de superar y nos apoyamos a otros en el camino. Somos libres y ya lo lograremos todo y se vale ser excéntrico y novedoso y no embonar porque así anunciamos nuevas soluciones sociales que nos empujan fuera de un orden que limita y castiga hacia un futuro mejor, el que merecemos con el otro al centro, en empatía y lejos de toda rigidez.


Reírnos de nosotros mismos y ayudar, compartir, abrir formas y colores, en transformación

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