En cuanto a Hegel y el sentido de la historia
vemos que la ve como progreso e inexorable, como destino natural con nada de azar
ni accidental. Es por ejemplo, el fenómeno de la migración. Ahora estamos
globalizados y vamos de un lado a otro en horas y así se expresa nuestro deseo
de exploración. La democracia puede ser vista también como esta idea, de los
gobiernos despóticos y tiránicos hemos pasado a la democracia como una idea más
avanzada de desarrollo, ha sido la dirección de la historia, el punto de
llegada de la humanidad a través de la evolución natural de la historia. Se
trata de etapas de desarrollo. La edad de las luces es vista según Kant como la
edad adulta del hombre. Para Hegel, debemos respetar las etapas de la historia
pues no le podemos pedir a un niño que se comporte como adulto. Es importante
vivir todas las etapas y no saltarse ninguna. Las ideas anacrónicas no llevan a
nada bueno y al final nos burlamos de ellas hasta que su tiempo no llega a
nosotros. Somos seres históricos y el fruto de nuestra época. A cada estadio corresponde
su materialización, es el espíritu del tiempo quien condiciona el pensamiento
individual y su materialización. Somos hijos de nuestra época. El presente
lleva las semillas del pasado. Contar la historia es diferente que pensarla y
comprenderla, es la filosofía de la historia y la historia de la filosofía es
diferente, solo hechos. La filosofía de la historia es querer explicar su
sentido y ver su dirección. Cada época está caracterizada por un espíritu del
tiempo que se refleja en las ideas de los hombres y en su materialización. Los
hechos son resultado de las acciones de los hombres. Hegel nos dice que los
hombres que hacen la historia encarnan el espíritu de su tiempo. La conciencia
se nutre de la historia pasada y vivida para sobrepasarla. Pero no queremos sufrimiento
para aprender, para tener conciencia. La historia nos hace experimentar cada
etapa para darnos conciencia y caminar a través de la razón a la libertad. La experiencia
hace progresar a la humanidad hacia la libertad y progresamos desde el
conflicto. El negativo revela la necesidad de superarlo por un positivo. El
progreso para Hegel es conflicto dialéctico hacia la libertad. El trabajo del
negativo se realiza para liberarse. El arte es la infancia de la humanidad en
expresión de la esencia para Hegel, la adolescencia es la religión en la vida
del corazón y después viene la edad adulta de la razón, de la libertad. Para
Hegel no hay nada más elevado que el espíritu, es el fin de la humanidad, es proceso
en movimiento constante y gradual. Los pueblos encarnan este proceso divino
para llegar a la conciencia y libertad. La historia loca de la humanidad nos va
llevando a su comprensión y liberación en conciencia. La filosofía llega
después que la historia. El conflicto y el dolor es el único camino para
acceder a la conciencia y libertad de la mano del absoluto, nos dice Hegel. Difiero por
completo de estas ideas Hegelianas que llevaron al genocidio nazi y llevan a la
guerra y dominación. Nada de totalidad y absolutos nos dice Levinas, somos
infinito en el rostro de todo otro, en asistencia y amor.
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