Hoy despertó con un resto de nudos en el corazón.
Notó que le hacía falta abrirse y desempolvarse, sentirse atraída por nuevos
labios que inspiren las hojas de su historia por venir. Revisó sus cielos
interiores y soplaron vientos insospechados dentro, las nubes se esparcieron. Fue
signo naciente sin llegar aún a las llamas del amor. Un proceso de estados
cambiantes le hizo revivir fragmentos de su historia para reinterpretarla. Modificó
sus aristas más importantes y les dio significados más alegres. Notó que estas
miradas la acarician, maduró para seguir su camino de vida y dejar atrás lo que
ya no le sirve. El horizonte limpio y claro promete.
Dice Levinas que puedo tomar el peso
del mundo y su sufrimiento desde una libertad consciente que decide
sacrificarse por el otro, sustituirse. Devengo un yo libre que decide
solidarizarse con el otro. Está en contra del antihumanismo moderno, pero
plantea un racionalismo sensible y aterrizado, de la acción. No está de acuerdo
con el misticismo porque para él es evasión. El yo está ya dispuesto a poder
morir por todo otro y se sacrifica a él, cede en su beneficio desde un
humanismo sensible y racional a la vez que se encarna para el otro, en su
mirada.
Creo que podemos aplicar estas ideas levinasianas
sin dejarlas en una aspiración imposible de sacrificio por el otro. Evolucionemos
hasta un ceder que nos emane, realizado con amor, por haber trascendido al
egoísmo ontológico Heideggeriano. Por haber aprendido a reinterpretarnos con
una mirada nueva.
Crecer en la nueva libertad desde el
otro,
ceder desde el amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario