Grace Nehmad

martes, 14 de junio de 2022

Relativismo y su universal reflejado en el rostro del otro

 Hablemos del relativismo y de los sofistas. Esta doctrina atraviesa los siglos y continentes. No es sólo una actitud, es una doctrina bien cimentada. Los valores para los relativistas no son universales sino particulares y relativos, contextuales. El referente cultural cambia nuestras ideas y nuestra manera de ver el mundo. Estamos hablando de condicionamiento cultural y de preguntarnos por nuestros juicios contextuales. Por ejemplo, hacer de la pena de muerte una norma normal. Entonces de acuerdo con nuestro entorno, somos. Las costumbres nos habitan y nos visten de diferentes maneras. El sofista adapta su referencial a donde está integrando la relatividad. Lo que alucinó a Sócrates fue que los sofistas con su relativismo enseñaban nihilismo y la renuncia a la verdad. Sócrates no pensaba así, él los consideraba corruptores de lo verdadero, justo y bello; lo trascendental. No se trata de puntos de vista diversos, hay un universal. Las normas morales y sociales no son absolutas y hay jerarquías, pienso que es cierto, pero también creo que tenemos un chip universal contra el cual contratar lo particular de cada valor de acuerdo con creencias de particulares. La forma y estructura de nuestra lógica esa sí es relativa. Si te recargas en este relativismo de Protágoras y los sofistas, el hombre es la medida de todas las cosas, pero, aunque en parte es cierto, me parece extremo. Necesitamos querer alcanzar las verdades universales, aunque sepamos que somos seres incompletos que responden desde una situación particular. Al final tenemos el infinito dentro, se nos abre en el rostro de todo otro, nos diría Levinas entonces se mantiene viva la aspiración del universal que nos salve y responda reflejado en el rostro de todo otro.


La luz infinita nos espera reflejada en el rostro de todo otro

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