Nuestras puertas

 Ezequiel 44:1

Luego me llevó nuevamente a la puerta exterior del Santuario que miraba al oriente y estaba cerrado. Y me dijo el Eterno: “Esta puerta estará cerrada. No se abrirá, ni hombre alguno pasará por ella porque el Eterno, el Dios de Israel ha entrado por ella… “ Y me condujo por la puerta del norte delante de la Casa y miré y he aquí la gloria del Eterno que llenaba la Casa del Eterno; me incliné rostro a Tierra… ¡Basta ya de abominaciones…! Y no habéis guardado Mis cosas santas sino que pusisteis a otros por custodios de Mi Santuario a vuestro gusto.

Seguir nuestras puertas y aprovecharlas, admirar lo que nos muestran en humildad, comprender las que se cierran y respetarlo. Caminar con certeza y cuidar nuestros actos. Estar presentes y saber cuándo sí debemos delegar y cuándo no.