En la Grecia antigua nace el estoicismo, para ellos, la
idea es ser feliz, se basan mucho en filósofos anteriores como Platón. Para
ellos el mundo es racional, con causa y efecto. Nos condenamos al sufrimiento
si deseamos sin racionalidad y no se accede a la paz interior de esta manera. Dependemos
de factores que no controlamos. El mundo es imperfecto como los hombres y su
naturaleza cargada de características no sólo positivas. Las emociones y
pasiones turban la vida. La cólera va en contra de las concesiones y decidimos
mal cuando nos centramos en ella. Las cosas no nos afectan, nos afecta lo que
hacemos de ellas, de cómo reaccionamos a ellas. Las emociones nos causan más
problemas que los hechos mismos. Dependemos de otros y no siempre son sensibles
a nosotros. Nuestra necesidad de reconocimiento nos ata a los otros. Esperar no
es bueno, dependemos de factores exteriores así. Querer es buscar en voluntad
lo que deseamos en nuestro radio de acción. Ser lúcido es estoico y no ser
pesimistas para vencer nuestros obstáculos. Esta filosofía es de acción
consciente. Podemos cambiar y dejar lo que no es cambiable. Nuestra
inteligencia debe ser práctica. Sartre dice que somos libres y cambiar lo que
han hecho de nosotros. El hombre es dueño de su destino y puede cambiar sus
condiciones existenciales. Podemos cambiar mucho en nosotros y cerca de
nosotros y ello es el corazón de la inspiración de esta corriente filosófica.
Levinas agregaría que la idea es cambiar y poner nuestra voluntad al servicio
del rostro de todo otro y estamos aquí para servirlo.
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