Grace Nehmad

martes, 16 de noviembre de 2021

De Nietzsche y Heidegger al otro levinasiano

 

Nietzsche tiene un pensamiento en aforismos y digerirlo no es fácil. Es una crítica a la moralidad cristiana y a toda ideología que domina al hombre y lo oprime. No está bien malinterpretarlo, él se centra en el cuerpo y en nuestra concepción biológica del mundo. Critica a los hombres débiles de pensamiento, pero no tiene ideas racistas. Habla de una genealogía de la moral y de lo que nos oprime. Tiene origen en platón y en el cristianismo, en una ideología dualista. El mundo espiritual de Platón no existe para Nietzsche ni la idea cristiana de esto mismo. El paraíso es no material y esta separación dualismo, es nuestro nihilismo y perdición. No hay rechazo a este mundo para Nietzsche y por eso defiende la muerte de Dios y esta en la tierra y aceptarla como es sin dejarnos someter. Esa invención es de los débiles para tratar de dominar es una moral del resentimiento que niega la vida. La vida es voluntad de poder, es creatividad y afirma su fuerza y poder. Es vida que expresa su fuerza en el hombre y no es fuerza que quiere dominar a nadie. Es egoísmo radical que niega al otro y es esencia del ser y de la realidad. La vida es voluntad de poder que es fuerza primitiva e instintiva que se multiplica y crece. Es esencia de la realidad y es digna de valor, lo demás no lo es. Debemos cambiar de valores y aceptar nuestra realidad, ser fuertes y creativos, ser super hombres. La moral del resentimiento es del débil, que se esconde en falsas ilusiones y justificaciones.

La creatividad es positiva pero no creo que liberar lo que sea, sea bueno para la sociedad y termina siendo muy egoísta la visión de Nietzsche y destructiva. No es bueno crear lo que sea y centrarse en nosotros mismos únicamente. Se trata de no seguir tampoco a un Adam Smith quien creía que el máximo desarrollo individual llegará al máximo desarrollo colectivo. Nada de eso ha acontecido desde el egoísmo, ni el centro en la energía interior creativa sin ver al otro, sería como en Heidegger, la revelación el ser y el abandono de la dictadura del Nosotros somos. Ambos pensadores nos agregan elementos de superación, pero deben tomarse con cautela. Olvidan al otro y ello termina en destrucción de la humanidad. El otro debe ir siempre primero como lo plantea Levinas e ir avanzando en su visión liberadora desde la aspiración constante que prioriza la escucha y asistencia a todo otro.



Avanzando hacia el otro como prioridad


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