El liberalismo fue respuesta a las guerras en
Europa. Los hombres buscaban que el estado renuncie a transmitir un modelo del
bien. Los individuos pueden dar sus modelos del bien, tienen el derecho de
tener sus propios juicios. Podemos ya acceder a la naturalización de nuestros
derechos fundamentales. Somos ya independientes a partir de ese momento. Antes
no era así. Ya no podemos ser intolerantes a prácticas privadas sin darles el
derecho a llevarlas a cabo a quienes deciden hacerlas. ¿Progreso es aceptar
todo? Debemos separar derecho y libertad. Libertad es estatus político, pero
para los estoicos era no estar sometidos a las propias pasiones. La ilusión de
la libertad existe y de cuál libertad hablamos pues es filosófica y en cambio
el derecho es objetivo y no se discute y la justicia lucha por hacerlos cumplir
en toda sociedad como el derecho al voto. Mal nombrar las cosas confunde y
distorsiona. Derecho y libertad no es lo mismo y un derecho puede alejarnos de
la libertad. Los que trabajan en domingo por ejemplo es por necesidad y si sus países
les dan el derecho a trabajar en domingo, les dan libertad y por ello en cada
caso deben discutirse los matices en este sentido.
Las libertades deben aumentar sin hacer
intervenir prejuicios personales u opiniones. La opinión liberal dice que
puedes hacer todo mientras no afectes al otro y se burla de lo sagrado, respeta
los derechos. La ética del liberalismo termina aprobando lo que las personas
ejercen y es problema porque no siempre resulta ético. Alienación es decisión
condicionada de libertad. Escogemos libremente y en conciencia, pero de entrada
estamos condicionados. Seguimos un deseo para cumplirlo en un producto que
compramos. Compramos identidades, estatus, experiencias y sueños. Las compras
nos alienan. Se crean velos para orientar nuestros deseos. Así, las elecciones
están muy mediadas desafortunadamente. Tenemos que luchar contra este
liberalismo que afecta nuestras decisiones al consumismo y a actuar siendo
manipulados, en nuestra contra, en contra de otros y del planeta. Somos
responsables de reeducarnos y aclarar nuestro sendero y el sendero social.
Debemos de rechazar las manipulaciones. Por ello me gusta recargarme en
Levinas, en el retorno a la ética, al postergar los deseos individuales y
actuar para ayudar a todo otro en amor y en claridad. Despertemos y rechacemos
la manipulación y el consumismo. Seamos responsables de nuestras decisiones,
eduquémonos para servir a todo otro como misión de vida y alejarnos de la satisfacción
inmediata de los deseos personales egoístas. Es verdad que el liberalismo nos ayudó a despertar al deseo personal y a no someternos a gobiernos impositivos ni a la religión impuesta sin libre elección, pero es hora de despertar nuevamente y reaccionar en contra de esta nueva alienación y dominación a la que estamos sometidos bajo la máscara de la libertad, libertad de escoger lo que deseamos sin importar que ello nos dañe y a otros en el camino y destruya al planeta. Sin importar que nuestras decisiones al centro pongan el deseo egoísta y su satisfacción inmediata y no la ayuda humanitaria a todo otro ni la ética. Hoy podemos despertar y actuar en consecuencia siguiendo el sueño levinasiano.
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