Hablaremos de Sartre y el amor, pero amor para Sartre es también libertad y es existencialismos ¿Qué exigimos del ser amado y de su libertad? Hay una correspondencia entre sus
amores y su obra. Sartre y Beauvoir eran pareja en unión libre con otros podían
relacionarse hasta sexualmente. No se prohibían nada ni se escondían nada. Era
amor necesario el de ellos y los otros eran contingentes. Eran los otros de
pasatiempo y su pareja central los hacía libres y sinceros. Suena bien, pero
este esquema le benefició más a Sartre que a Beauvoir. Las jóvenes estudiantes
se mezclaban en el trío y a Beauvoir ya no le gustó. La realidad de este pacto
se rompió y fueron infieles de manera moral. Nos dejan una idea algo amarga
para la práctica. Pero su idea del amor es buena, rechaza el modelo tradicional
del amor y aunque no le resulte, sí nos aportan sus reflexiones. El amor es el
deseo de apropiarse el otro y no hacer más que uno de manera física. Pero es ir
más lejos del acto sexual. La necesidad de besarse y sentirse es de unión. En
el aspecto social como miembros de la pareja se vuelven uno. La personalidad se
disminuye en la pareja, hay fusión física y simbólica. Podemos unirlos al otro
sin poseerlo. El amor se confronta en los sentimientos del otro. Amar para Sartre
es el proyecto de ser amado. Si no eres deseado y querido tu proyecto fracasa.
Amar es desear ser amado y se busca reciprocidad. Hay exigencias y expresiones
que se buscan. Se necesita algo de regreso. El amor debe traducirse en el
comportamiento. Esperamos pruebas de amor y persuadirnos del amor en pareja.
Deseamos modelar el comportamiento del otro. Yo también te amo es lo que
esperamos que el otro nos responda. El tema de hacer esfuerzos es ridículo
porque no deberíamos pedirlos. Deberíamos entregarnos sin intereses al otro. Las
elecciones deben ir hacia el otro si amamos. Las elecciones de uno y otro se
afectan unas a otras. El otro es exterioridad dice Levinas y por qué queremos
pruebas y controlamos sentimientos. Queremos ser el absoluto del otro. Soy
colonizador de la conciencia del otro y eso sería egoísta diría Levinas. El
verdadero amor es desinteresado para Levinas. Pero el deseo del otro está ahí, hay un interés en
la realidad, ¿cómo resolverlo?, ¿cómo amar sin querer dominar y poseer y el
deseo es posesión? Amor es amor-pasión, no es sólo sentimiento, lo obligamos y
eso domina y deja de ser el otro en el primer plano. Queremos apropiarnos del
otro. Amar es querer que el otro sea lo que yo espero de él y sufro, pero
Levinas dice, es amarlo servirlo y ese es un enfoque muy diferente. Honrar al
otro es servirlo y dejarlo ser. Pero el límite es el respeto y la sana
distancia. La fusión es fusión al otro, somos rehenes del otro, pero desde el
respeto y la libertad, no desde la sumisión. Desde la no etiqueta, desde el
misterio revelado en el infinito, rostro del otro en diacronía y no en
sincronía o dominación nos diría Levinas.
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