Grace Nehmad

jueves, 4 de noviembre de 2021

Encuentro con Chomo

 

Encuentro con Chomo

Él es un escultor loco amigo de sus padres y el autor quiso filmarlo y lo pagó él. Chomo vive miles de experiencias a través de su arte y de su creatividad. Quema todo lo que produce en pintura. Crea y a nadie le interesa su arte y por eso lo quema todo. Los demás fabrican porquerías y él hace de todo, pintura, escultura, música, pero es más bien escultor a mis ojos. Como no lo logran clasificar, nos dice, no le dan un espacio de comunicación. Ni modo. Es verdad, un gran problema en el arte y es reflejo de la humanidad. El tema de las etiquetas muy levinasiano. Como escultor sigue la voluntad de la piedra, es del inconsciente. Es dejar hablar y después es algo diferente a lo esperado. Es locura lo que nos presenta esta película porque es evidente que la falta de comunicación con el entorno genera muchos problemas y raya en la locura aunque de cierta manera el artista es funcional y autosustentable. Es un arte fuerte, bello e interesante, a veces da miedo y escalofríos. El artista no cree que el arte se piensa, es expresión del inconsciente y no razón. No vende nada porque se lo han querido comprar muy barato y piensa que no debe ser. Todo su trabajo es temporal porque está en el bosque, pero a la vez sobrevive y no tiene tiempo. El tiempo es la razón y sin razón desaparece el tiempo. Parece loco este artista y a la vez, se ve bien y sabe lo que hace, funciona. Tiene explicaciones sobre lo que hace y lo mantiene vivo y trabajando. Las esculturas no las quema. El hombre crea con materiales como bronce y metal y piedras. Antes vivía de la basura. Ahora lo visitan y le traen dinero y comida. Vive en el bosque y es como un refugio para él y su arte. Chomo tiene hijos, pero no lo visitan porque lo sienten loco. Sus hijos son sus visitas cotidianas de los interesados en él y en su arte. No hay Dios para él, piensa que las religiones inventaron a Dios. Él cree en las fuerzas de la naturaleza. Trabaja sin horario y nada le importa ni frio ni tormenta. Le busca el alma a sus piezas. La gente lo visita y visita su trabajo. No se crea para vender, eso creyó al estudiar arte y después vio que no era así. La noche es un príncipe y la mañana un mendigo. Plasma sus sueños y crea sin cesar. Las tomas de la obra del artista son impresionantes. Un ser así es inetiquetable, rompe con todos los esquemas. ¿Qué nos diría Levinas? Vive apartado de la humanidad, pero la humanidad lo rechaza. Dice para despedirse, ¿Qué huella dejarás en la tierra para que tu Dios esté contento? Estará casi aislado y casi loco, pero es un tipo funcional y no le hace mal a nadie. Lo malo que dista mucho de ser un ideal social y que como humanidad nos acercamos cada vez más a este tipo de historias que nos aíslan y no permiten la comunicación. La soledad se multiplica y la incapacidad de compartir y de tener una experiencia terrenal más sana. Muchos solos en sus casas, sin posibilidad de desarrollarse en unión y con altos problemas de comunicación y altos abismos individuales. No creo que Levinas pensaría que es nuestro ideal social, ojalá podamos hacer algo, es mejor que la violencia, eso sí...



¿Hacia dónde la dirección de creaciones y pensamientos, fuerzas de la naturaleza y nuestro acuar en el mundo al servicio del otro?


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