Grace Nehmad

domingo, 21 de noviembre de 2021

Cuidar detalles cotidianos

 Perashá Vayeshev 37:1


Y residió Jacob en la tierra de las peregrinaciones de su padre en la tierra de Canaán. Ésa es la historia de Jacob: José, a la edad de diecisiete años apacentaba los rebaños con sus hermanos; él era joven, estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre;  y el muchacho traía a su padre malas referencias sobre la conducta de ellos. Israel amaba a José más que a todos sus hijos porque era el hijo de su vejez, y le hizo una túnica de fina lana. Y cuando sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a ellos, lo aborrecían y no podían hablar pacíficamente con él. Y José tuvo un sueño que contó a sus hermanos quienes entonces lo odiaron más que antes.


Varios puntos centrales en las relaciones humanas que son nuestros retos en la tierra se muestran en estas líneas. Ser padres ejemplares y no mostrar preferencias con los hijos, incluso tratar de no tenerlas valorando a cada uno con sus características. Extrapolar esta idea a todas nuestras relaciones. No hablar mal de otros y menos de nuestros hermanos, de nuestros más cercanos. Cuidar cómo damos nuestros regalos y qué regalamos y a quién y para qué. No jactarnos de nuestros dones que nos dio Hashem como hizo José con sus sueños. Como hermanos no envidiar, trabajar profundamente nuestras carencias. Si cuidamos estos asuntos, detalles existenciales cotidianos, es muy posible que nos transformemos en una humanidad muy humana que es lo que debería caracterizarnos.

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