Grace Nehmad

martes, 23 de noviembre de 2021

¡No a la seducción!

 Isaías 1:1

Visión de Isaías ( Yeshayahu) hijo de Amoz(Amotz) que él vio respecto a Judá ( Yehudá) y (Yerushaláyim)… Escuchad, oh cielos y apresta el oído, oh tierra, porque el Eterno ha hablado: He criado hijos y los he educado pero se han rebelado contra Mí. El buey conoce a su dueño y el asno conoce el pesebre de su amo. Pero Israel no conoce a su Señor. Mi pueblo no comprende. ¡Ay nación pecadora, pueblo cubierto de iniquidades, descendientes de malvados, hijos que se dan a la corrupción! Han abandonado al Eterno y renegado del Santo de Israel. Le han vuelto la espalda. ¿En qué parte seréis todavía golpeados, viendo que os descarriás más y más? Enferma está la cabeza entera y desfallece todo el corazón. 


Y es que nos dejamos seducir por lo que no nos hace bien y no nos corresponde. Queremos escapar de lo que debemos enfrentar. Se nos aparece para sacarnos del buen camino, del camino largo, queremos los atajos y no es lo que nos hará bien. Esperar y no dejarse deslumbrar. El buen camino, el auténtico, a veces se nos aparece como una árida montaña y queremos huir. Resulta que está a la mano y lo queremos buscar afuera, lejos, en un sueño equivocado. Es posible reconocer al corazón de nuestro destino en el espejo y ser desde dentro.

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