Los proverbios 13:3,
El que guarda su boca guarda su vida, pero para el que abre mucho los labios habrá ruina.
Es muy cierto, a menudo hablamos de más y sin pensar. No reflexionamos las consecuencias de nuestras palabras y a veces ni logramos relacionar el bien o el mal que nos trajeron. Me parece central cuidar nuestras palabras, saber que creamos o destruimos con ellas y hacernos conscientes de su impacto. La palabra creativa y su fuerza de dar bendiciones a otros, a nuestros hijos en especial debe acompañarnos desde que despertamos para traer luz al mundo en lugar de distraerla en asuntos vanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario