Grace Nehmad

lunes, 1 de noviembre de 2021

Los límites del lenguaje, el otro, Bergson y Levinas

 

 

Los límites del lenguaje, el otro, Bergson y Levinas

La división del tiempo es duración y es percepción subjetiva. Hemos segmentado la realidad y organizamos para hacer en orden. Las palabras de la misma manera fijan la realidad. Compartir la lengua es comunicación con otros. Es hacer circular la información y transformar y en la torre de Babel se ve esta idea. Con muchas lenguas la unión era ya imposible. La lengua antes fue para comunicar peligros, después se fue puliendo y la organización mejoró para lograr eficacia. El lenguaje es convención y vamos avanzando en unión desde el acuerdo para trabajar en unión. Tratamos de expresar pensamientos abstractos y de luchar y cooperar y que no sea para dividir. El lenguaje expresa pensamientos y emociones. El signo es un gesto corporal y también palabra. Los signos son indicaciones de lo que se puede y lo que no se puede. Hay distintos lenguajes corporales y de arte y literatura. Los sistemas de signos se van ordenando en secciones dice Bergson como con el tiempo. La palabra designa la realidad y la atrapa con una esencia común. Los objetos y gamas de objetos se atrapan a través de las palabras y vamos precisando y particularizando. Expresamos la cosa en unicidad y en aproximación. La palabra de entrada generaliza y nos faltan siempre palabras y aunque segmentamos, la segmentación se hace infinita. Las experiencias comunes se traducen en palabras de manera general y se reagrupan de formas diferentes para tratar de atrapar más los sentimientos y transmitirlos. El problema del lenguaje al final es el límite de lo que no logra transmitir. La palabra es fotografía superficial de cosas. No queremos sólo transmitir información, es llevar sentimientos a otros desde lo práctico. La palabra traiciona la realidad. La palabra quiere transmitir y activar a otros. Se dice también con silencios y vamos más allá de encasillar. El lenguaje es un cúmulo de signos, ideas generales y no traducen todo lo que llevamos dentro, lo trabajamos y precisamos. El lenguaje guía destinos y queda en nosotros, es profundamente intenso, un arma poderosa y nos penetran las palabras. Las palabras esculpen el mundo y que sea arte y nos eleven y no nos encasillen. El sentido de las palabras es creativo nos diría Levinas y debemos usarlas adecuadamente para ayudar y aproximar a todo otro en amor, abrir el infinito y no encasillar y limitar. Que las palabras sean siempre vehículo de amor y elevación espiritual. Es trascender la duración del tiempo bergsoniano y el lenguaje que segmenta para irnos al tiempo dos Levinasiano, instante dos del otro, el infinito.


Comunicación de luz para abrir el infinito en el rostro del otro


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