Nuestros monstruos nos son mostrados de diferentes maneras y tratamos de explicarlos. A veces los vemos como superiores y hasta bellos como las sirenas, o divinidades mitológicas, otras veces negativos y amenazadores. A veces, los dejamos vivir, otras, hacemos lo que sea por esconderlos o matarlos. En cualquier caso existe una intensa relación cuerpo y alma con nuestros monstruos. Quizá podemos aprovechar sus fuerzas en nuestro imaginario. Se trata de diferentes planos aparentes exacerbados. Podemos jugar con estas fuerzas y descubrirlas. La idea es no apagar demasiado sus fuerzas y al mismo tiempo dejarlas expresarse en un cierto marco que nos permita su manejo. Si se salen de más, amenazan con destruirnos. Crear con ellos es parte de la vida, jugar con ellos y revelar sus fuerzas al mundo desde el lugar positivo de elevación general que empuje a la humanidad a su siguiente etapa de desarrollo.
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