Los Salmos 7:1
Cántico de David, que él cantó al Eterno… ¡Oh Eterno, Dios mío, en Ti me he refugiado! Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, no sea que desgarren mi alma como un león, haciéndola pedazos mientras no hay nadie que me libre… Mi escudo es con Dios, que salva a los justos de corazón… y cantaré alabanzas al Nombre del Altísimo.
Mantener la fe y la conexión, sabernos protegidos desde ese lugar que creamos para actuar en amor y buscar el buen camino en justicia que salva y avanza hacia toda redención, hacia la redención final.
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