Jeremías 1:4
Y vino a mí la palabra del Eterno, diciendo: « Antes de que te formara en el vientre, Yo te conocía y antes de que tú salieras del seno materno te santifiqué y te consagré profeta para las naciones ». Y le respondí: « Ay Señor, Eterno! He aquí que no puedo hablar porque soy un niño ».
Pero el Eterno me dijo: « No digas Soy un niño », porque a quien Yo te enviaré, tú irás y lo que Yo te ordene decir, tú lo dirás. No tengáis miedo de ellos, porque soy contigo para librarte, dice el Eterno ».
Sabernos capaces y confiar en nosotros mismos, en nuestra luz interior, luz divina y saber que estamos en proceso siempre y podemos ascender espiritualmente y ayudar a otros en todo momento adonde quiera que la vida nos lleve, que en realidad es la mano divina.
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