Lo dicho no cuenta igual que el decir, nos dice Levinas. Los contenidos y la información no se comparan con el hecho de encontrar un interlocutor al cual dirigirse. Lo dicho adquiere vida sólo a través del decir y en especial del decirle a alguien. Derrida se despide de Levinas y le dice A-Dios, pero la responsabilidad se aplica con fuerza en vida con el otro, a través de asistirlo y mirarlo, de dar vida a su dicho y elevarnos juntos, aliento de vida en una tendencia hacia lo divino, a imagen y semejanza. Desde el judaísmo recibimos 10 mandamientos y 5 se aplican con el prójimo y 5 con Dios. Tenemos que buscar pues, estos equilibrios. Por otra parte, nos dice Levinas, Heidegger es un parteaguas en la filosofía y nos dice Levinas que a pesar de sus reservas para con él por su influencia política negativa en el nazismo, ningún hombre que pretenda dedicarse a la filosofía puede omitir su pensamiento, en especial, Ser y tiempo. El concepto del ser ahí y lo que significa que una entidad sea nos da la manera de comprendernos desde la experiencia fenomenológica Husserliana y en un tiempo como duración Bergsoniano y podemos así comprendernos de manera muy distinta para después abrirse nuestro infinito en el rostro del otro, nos diría Levinas, en un proceso constante de ayuda y asistencia que nos llevan A-Dios en vida a cada paso, elevando toda existencia.
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