Clara se inquietaba con cierta tristeza de su fragmentación, no sabía escaparle, dudaba demasiado de sus caminos. Los tejidos existenciales le aparecían complejos e indescifrables. Quería construir sus días desde la perplejidad, dejarse ser y aparecer. En lugar de eso, su mente rondaba en círculos y se topaba con angustias repetitivas e insalvables. Entonces apareció Lina en su camino. Compartían el gusto por las letras y el sueño de vender y compartir sus escritos. Con Lina todo era oposición, se querían y atraían, pero sus ideas eran siempre otras. Y quizás ese desacuerdo las unía y motivaba a existir y escribir mostrando su oposición. Una por y la otra contra, eran espejo inverso de sus historias en la tierra. Clara olvidó su obsesión por saberse rota e incompleta y la centró en su juego con Lina. Así, Sergio dejó de preocuparse por ella y se ocupó en observar su juego de vida siempre sorprendente y atractivo, siempre sugiriendo nuevos desencuentros. Nunca pensó que su matrimonio debería sostenerse en esta extraña almohada para tres ni que su rol existencial sería ser el mediador de Clara y Lina. Esta triada se escribió feliz desde la oposición, en un ejemplo de respeto amoroso y apasionado, en las veredas multidimensionales de las letras que comunican y unen desde la separación.
Unir en amor desde la oposición
No hay comentarios:
Publicar un comentario