Reparar es bueno en justicia que compone y restituye pero es deseable no caer en círculos negativos de insuficiencia. Caemos en círculos viciosos que lejos de componer nos perpetúan en sensaciones de injusticia. Además, a veces no hay compensaciones posibles en nuestros sistemas y tenemos que encontrar otros remedios. Los sistemas sociales quedan cortos y necesitamos otros medios de reencuentro. Los grandes crímenes son irreparables y debemos buscar otros remedios. En general no me gusta enfocarme en la deuda y el desacuerdo, el perdón es importante y no anclarse en el pasado, recomenzar con nuevas esperanzas y volver a intentar desde la curación y recargados en nuestras virtudes evitando que el error y el vicio nos corrompan decía Rousseau. Necesitamos un arte pedagógico que haga aflorar la naturaleza y no corrompernos. Es ejercer lo sensible y desarrollarlo para después llegar a la razón. Es dar prioridad al juego creativo con normas de acción y adaptar el arte educativa a un despertar paulatino de la razón lejos de la corrupción. Después, es verdad que es importante recompensar pero el corazón de nuestra evolución debe dirigirse hacia el bien y evitar la contradicción, libres de incoherencias que nos llevan a la corrupción y a no querer perdonar y reiniciar en libertad.
Reparar en amor pero concentrarse en el reinicio en amor
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