En equilibrio y coherencia

 Perek 3 Mishná 10

Él solía decir: aquél que es placentero a sus semejantes, lo es también para el Eterno; y todo aquel que no es placentero a sus semejantes, tampoco es placentero para el Eterno. Rabí Dosá ben Harkinás dice: el dormir de la mañana, el vino a mediodía, la conversación vana con los niños, y la permanencia en reuniones de ignorantes, apartan al hombre del mundo.

Dentro y fuera somos llamados a la coherencia y a ser congruentes con quienes somos. Dentro está nuestra chispa divina y se trata de compartirla e iluminar a otros en el camino del bien y en ayuda para que todos tomemos mejores decisiones a cada paso de nuestras vidas. Los buenos hábitos nos ayudan también en este aspecto, corazón de nuestra misión existencial. Despertar temprano y rezar y vivir en conexión divina, lejos de lo que representa el vino, es decir en excesos y placeres mundanos que evaden nuestra misión en la tierra. Tampoco desviarnos en plática vana, lo mismo, evade y distorsiona el corazón de nuestros propósitos en la tierra, claro, con medida es posible porque aligera nuestra carga y nos ayuda a aproximar de lanera más alegre nuestros caminos de vida sin caer en los excesos negativos.