Optimismo y
pesimismo nos viven como enfoques de vida. Nuestro enfoque de vida puede
orientarnos. Lo nuevo es en realidad repetición. Somos testigos de lo repetitivo,
pero también podemos cambiar. Estas dualidades nos marcan y dirigen nuestra
vida. Podemos ser en estos extremos y vivirnos desde ahí, pero es mejor combinar
extremos, es decir, vivirse positivo, pero de manera realista, con ilusiones y
esperanzas enmarcadas en posibilidades reales y repites e innovas a las vez,
con finos equilibrios. De entrada, es mejor adorar las tareas repetitivas y
enfocarlas de manera creativa, pues no podemos innovar tanto ni tan rápido. También
es importante no aletargarse en el trabajo, ni en cualquier aspecto de la vida
y dejarse sacudir de cuando en cuando.
Sigo mi calendario de vida, pero le hago pequeños cambios creativos y lo enfoco de manera positiva no perdiendo un piso de realidad factible
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