Grace Nehmad

domingo, 11 de septiembre de 2022

La muerte como referente de acción, tiempo del otro

 

La muerte y el tiempo están muy relacionados porque podemos comprender a la muerte como otra fase por la cual pasaremos y somos tiempo de vida hasta ese momento que después será otro tiempo. El tiempo en términos Bergsonianos es experiencia y duración y así existimos en duración diacrónica según Levinas pues no se trata de sincronizar al otro en mi tiempo, sino de darle prioridad en el segundo instante. El primer instante es un pienso, luego existo cartesiano. Después, en esta dimensión vivimos la muerte de los otros y no la nuestra. Sin embargo, la muerte es referente existencial, punto al cual tendemos y debemos prepararnos para él. Vivir en preparación en nuestro tiempo de vida y dando prioridad a todo otro. En cambio, centrarse en el ser, es la angustia y el vacío, la nada. Somos rehenes de todo otro y así nuestro tiempo de vida se estira. La muerte misma es puente, incluso en esta vida, es concepto que abre en diacronía hacia el infinito pues es rostro. La muerte deja así de ser un problema y es vigilancia, no debemos vivirnos en dualidad, ser o no ser. La muerte es referente que invita a despertar y actuar en responsabilidad por todo otro. Este despertar en responsabilidad hacia el otro, no se detiene nunca. El tiempo es la manera de irte difiriendo al infinito, rostro del otro, en presencia infinita hacia él. En lugar de comprender a la muerte como dualidad ser o no ser, vida-no vida, podemos cambiar nuestro enfoque y vivirnos de otra manera, siendo y estando para darnos en responsabilidad para elevar la dirección de nuestros actos en el hacia y para todo otro, causa humanitaria o persona.



Nuestro calendario se abre en instantes de vida para todo otro,

 la muerte es referente de acción, tiempo en experiencia y diacronía

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