Grace Nehmad

lunes, 5 de septiembre de 2022

La muerte y el tiempo desde la duración



 Levinas investiga a la muerte desde la perspectiva del tiempo y no en relación con el ser como lo haría Heidegger, tampoco desde la vida eterna como recurso. La muerte es irreversible, pero la pregunta es ¿qué abre la muerte? Una nada desconocida pero no es ser y la nada pues sería una perspectiva dogmática, nos dice Levinas. La muerte no es empírica para nosotros y no la podemos sacar de la relación con todo otro. La muerte es la sin respuesta del otro y su rostro se desvanece. El rostro del otro es en tanto la vida en él. En la muerte ya no hay movimiento ni transformación. Mi relación con la muerte está hecha de la repercusión emocional e intelectual del saber de la muerte de los otros. Y aquí podemos analizar cómo nos golpea en la duración del tiempo que vivimos, su interrupción del tiempo, o fuera del tiempo que se presiente en el miedo y la angustia y se convierte en experiencia o revelación. El sentido de la muerte no es experiencia, es experiencia del impacto de la muerte del otro, y entonces nuestra experiencia del tiempo deja de ser intencional y se transforma en modos diferentes de experimentar. Para entender, para saber más de la muerte y de nuestra relación con ella es interesante todo ésto que propone Levinas, un enfoque que nos recela más al entenderla como duración de tiempo y modos de experimentar. Es salirnos de los dogmas y entender la duración y nuestra vida siempre en relación con la muerte y en particular con la muerte de otros y su impacto en nosotros. Para mí es abrirnos a la vida al comprender y revelar más sobre la muerte como modos de experimentar que cambian y se transforman en algo que vendrá después aunque Levinas no analiza esa parte, cree en la redención pero en Dios, la muere y el tiempo, no entra en este aspecto. Aquí le importa, me parece, nuestra reinterpretación de lo que sí podemos vivir y saber en este plano de la muerte, bajo la mirada del tiempo como duración y de nuestra relación con ella y con todo otro, con la muerte a través de su impacto en nosotros de la muerte de otros. También quiero decir que la muerte puede abrirse a muerte de vivencias y proyectos, de etapas de vida y quizás así también le quitamos miedos y dogmas y la vivimos como transición de estados que pasarán a otro estado del cuál ya no sabemos hoy en día desde la conciencia. Quizá repensando a la muerte así, podremos concientizar más y vivirnos mejor y ayudar más a otros a vivirse mejor.


Vivirnos en duración, entendernos como modos de vida, y a la muerte así

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