Grace Nehmad

lunes, 19 de septiembre de 2022

Elevar nuestro tiempo hacia el otro



 Según Husserl nos deslizamos hacia el sentido en la ruptura porque somos y con la ruptura penetra el otro en nosotros, es el excedente que nos hace crecer y desarrollarnos. Por ello, en la totalidad de Heidegger estamos muertos. El estar ahí o Dasein de Heidegger es esencia que no permite ruptura ni crecimiento, es ontología estática. Es estar en el mundo con un proyecto propio que no penetra en interior de nosotros mismos y se queda en la superficie de su existencia. No hay curiosidad del saber aquí ni ruptura que lleve al crecimiento a través de la mirada del otro, nuestra razón de ser en el mundo para asistir en amor. Debemos darnos en generosidad extrema, en desinterés y sin preocupación. Es escapar del cotidiano y de la sucesión de los días y las noches. Es dirigirse hacia una existencia no mía y romper con ella para dar. El tiempo es posible en relación con la muerte y podemos vivirlo en un tiempo autentico, para el otro, tiempo elevado existencial desprendido del cotidiano, vivido en el instante dos, es decir para y después del instante uno que es el yo en el pienso y luego existo cartesiano.

Dar las primicias a Dios, es el Otro y a todo otro, lo mejor de nosotros, lo primero

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