Isaías 61:10-11
¡Ciertamente me regocijaré en el Eterno! Mi alma se alegrará en mi Di-s, pues Él me ha vestido con vestiduras de salvación, en un manto de rectitud me ha envuelto, como a un novio revestido de esplendor, como una novia engalanada con sus adornos. Pues así como la tierra hace brotar sus retoños y un huerto hace germinar sus semillas, de igual modo mi Señor, el Eterno, hará que florezca la rectitud y la alabanza en presencia de todas las naciones.
La ropa espiritual que corona la fe está en nosotros y podemos escogerla y lucirla para atraer a otros a beneficiarse de sus bondades, para elevarnos en unión y juntos retornar a la eternidad de amor y de paz que nos espera.
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