El rostro es central en las reflexiones levinasianas.La mirada hacia el rostro, nos dice Levinas como conocimiento y percepción. El acceso al rostro es sello ético. Cuando ves un rostro, miras al otro dentro. En el rostro existe una pobreza esencial y tratamos de enmascararla, es demasiado fuerte paras revelarla. El rostro es significación sin contexto, quiero decirlo es su rectitud de rostro. Desaparecen todas las etiquetas y se habla en secreto, lejos del discurso humano. Hay lo dicho y el decir. Lo dicho es lo exterior, el discurso social y el decir es sólo con el rostro. Es difícil callar frente a alguien, es necesario hablar y responder y de ahí la ética que promete el rostro. Lo primero que dice un rostro es no matarás y debo responder a su llamado, me someto a su riqueza, que pasa antes que todo. Entonces, el encuentro con el rostro promete de manera ética las respuestas.En el acceso al rostro, nos dice Levina, se encuentra el acceso a la idea De Dios, presencia infinita en un acto finito. Asimismo, me gustaría unir estas ideas levinasianas del rostro con las búsquedas sobre la risa en Bergson donde la risa es este centro de cuestionamiento filosófico y sorpresa, una solución novedosa ante nuestras limitaciones humanas. Sonreír y reír y agradecer, provocar la risa en otros, va de la mano de la aproximación cercana a todo otro y nos empuja al infinito desde su rostro.
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