Grace Nehmad

jueves, 13 de julio de 2023

Romanticismo y yo




Delacroix nos pinta una barricada humana sobre la que avanza la libertad, imparable y desnuda, con la ayuda del pueblo francés. Por supuesto, la mujer enarbola una banderita, que es ese trapito que tanto estimula a los patriotas. Manía de los románticos, tan nacionalistas ellos, de asociar libertad y nación.

Todo este patriotismo viene por la insurrección parisina de julio de 1830, llamadas las Tres jornadas gloriosas (Trois Glorieuses), que acabó con el reinado del terror de Carlos X y puso a Luis Felipe de Orleans en el trono. Por fin Francia le daba algo de poder real a la burguesía.


Me inspira esta obra en la búsqueda de la libertad a través de los sentimientos a flor de piel que buscaban los románticos. Pienso en otros románticos anteriores como Gericault que buscó salirse de la caja y pintar emociones en pacientes psiquiátricos o en Goya con su fuerza en escenas de guerra. Los valores nacionalistas y la búsqueda de la libertad unidos con la pasión y la unión en la lucha para empujarnos desde la pintura a una sociedad más avanzada. Unir en pintura la expresión y la fuerza en la mujer con el torzo desnudo símbolo estético de  belleza y libertad recargado en una técnica y una búsqueda del artista.

Pienso que el artista debe ir más lejos y transmitir y empujar al avance social a través de su pintura.



Aquí en el Ponte Vecchio en Florencia quiero buscar estas ideas en mi pintura, el desnudo femenino su expresión y fuerza, decir saliendo de la caja y buscar ir más allá, empujarnos socialmente y ayudar en el despertar de la conciencia a través de la belleza de una mujer liberadora que voltea hacia nosotros para hacernos despertar y ver sus sentimientos, cómo se toma con fuerza de la tierra en un río que se la quiere llevar, en Gericault, su mujer se toma con fuerza de su lucha por la vida y por su causa, expresando libertad con pasión y con ello me identifico en esta pintura.

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