Es hora de hablar hoy de Hannah Arendt por su recorrido interesante de exilio y guerra. Es filósofa y se transforma en periodista. Ella busca hacer públicas sus ideas y lograr el debate con una calidad en la argumentación. Se equivocó quizá en el juicio de Eichman pero tuvo valor teórico en su propuesta y nos hace reflexionar en la banalidad del mal, en el automatismo y en la falta de compromiso social. Me parece que es injustificable el mal pero sí podemos caer en un automatismo y en no vivir de manera comprometida y en conciencia. No podemos dejar de lado la importancia de estar presentes en cada paso de nuestras vidas y responder. Me comentan en el tema de que si una mujer no cuida su seducción, es responsable de que la violen y no creo que así sea. Nadie puede evadir su responsabilidad ante la vida. Las mujeres deben estar conscientes de sus poderes de seducción y cuidarse y los hombres no pueden poner ningún pretexto para violar, es injustificable. También me parece central la labor de Arendt en el debate y su compromiso como periodista. Los filósofos deben preocuparse por aterrizar y llegar a la gente y lograr estos debates públicos para influir en la política y transformar a la sociedad también de manera concreta.
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