Perek 4 Mishná 4
Rabí Levitas de Yavne dice: Sé muy, muy humilde de espíritu, ya que la expectativa del hombre es el gusano. Rabí Yojanán Ben Beroká dice: Todo aquel que profana el Nombre del Cielo ocultamente, es retribuido en público; lo mismo da tanto si al profanar el Nombre Sagrado, lo hace sin intención o con ella.
Tenemos que concluir, nos dice musarito semanal, que la humildad no es desconocer lo que cada uno es, sino que, a pesar de que sabes que eres especial, y que posees habilidades que otros no tienen, y aun así haces lo propio sin sentirte superior a los demás. Este fue el legado de Moshé, él reprochaba al que debía, y cuando se rebelaban contra él no mostraba enojo ni molestia, él solamente buscaba cumplir con la Voluntad del Todopoderoso y nada más.
“La Torá penetra solamente en el corazón del hombre humilde”.
Me parece central regresar siempre a las premisas que deben guiar nuestra acción en el mundo y hacer nuestras tareas en humildad. Sabemos que hasta Moshe se enojó y por ello no entró a la tierra prometida como lo cuenta la perashá de esta semana, vemos su humanidad y que incluso en las peores circunstancias debemos aceptar los resultados de la vida, que Hashem marca en humildad y enfrentarlos con alegría a cada paso. Desde el monte nebo vió la profética historia por venir y la llegada del Mashiaj y eso fue posible ya que no entró a la tierra prometida. Nunca perdamos de vista el objetivo existencial de nuestras vidas en servicio divino y a todo otro.
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