Los atributos constitutivos de la libertad discuten y fundan y retornan. Las formas de la libertad permiten decisiones autónomas. Pero hoy sus formas se traducen de maneras diferentes y tratan de empoderar la voluntad. La característica de nuestra libertad la regresa a la representación y delega pero debe ser ejercicio de la colectividad de poder decidir. Es claro que hay reacciones de las limitaciones del proceso revolucionario. Hace treinta años el gobierno democrático representaba el cambio a la libertad, ponía en práctica estos valores pero el resultado hoy es otro. Claramente se seca ante las demandas y adversidades actuales. Es necesario renovar al movimiento y regresar a sus premisas fundamentales. Con Rousseau se nos da permiso de escapar de los postulados iniciales.Se trata de retornar a la verdadera representación sin evasión. En un artículo anterior hablé de la esclavitud que nos genera el movimiento y ahora hablo de la falta de responsabilidad individual y del dejarse llevar por la voluntad general sin compromisos. Podemos entonces volver al otro en general y en particular y no olvidar el servirlo sin miedo. El sueño de la causa social debe impulsarnos a seguir y en compromiso cambiar a buscar la libertad ordenada, consciente y responsable.
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