Grace Nehmad

lunes, 14 de noviembre de 2022

Cuento de Paul

 Paul caminaba en círculos a la luz de la luna. Sabía que no tendría la fuerza suficiente esta vez de soñar más fuerte y metaforizar su destino. Un profundo proceso de terapia le enseñó a reinterpretar su existencia dislocada. Unos jarrones en el camino le hicieron perder la concentración, y regresó a lo concreto, ir a su cita con Linda. Cita ciega. ¿Para qué accedió a la presión de sus amigos de invitarla a salir? Sentía que nunca llegaría a su casa. Al tocar el timbre, Linda apareció preciosa, más bella que nunca, aunque Paul no lo supiera. Bella Linda, más no fue su aspecto físico lo que impresionó a Paul, fue el brillo de su alma a través de sus ojos grises. Paul no encontraba las palabras para aproximarla. Era simpático, lo sabía, pero ya no tenía confianza en sí mismo. Había perdido la fe en su persona, es más, ya no era persona. Se sentía masa extraña aún existiendo en el planeta. Aún podía ver a Linda, eso bastaba, sentir su brillo, escuchar su belleza. Habían insólitas excepciones en la vida y su camino podía enderezarse alrededor de Linda. Su esplendor daba nuevas esperanzas a Paul. Y la fuerzas lo habitaron de nueva cuenta al dejarse mecer por la voz de Linda y acurrucarse en su sonrisa. Una paz interior lo invadió, intuyó que todo retornaría al orden perfecto en los brazos de Linda. Paul se sintió salvado. Una cita ciega. Increíble. Sólo accedió presionado por sus amigos. Y escuchó a Linda aún desde su soledad, la siguió escuchando aún después de más de sesenta años de matrimonio. La escuchó para vivir un día más, vivía un día más para escucharla.


Ser de nueva cuenta con el brillo de Linda

No hay comentarios:

Publicar un comentario