Grace Nehmad

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Servir en amor

Podemos reescribir al neoliberalismo como parte fundamental de la modernidad sin ser descalificado. No todo en este movimiento ha sido positivo pues hay extremismos como en todo movimiento. Quizás el movimiento deja de lado a cantidades importantes de la población que no logra insertarse en su dinámica. Las aspiraciones modernas no se cubren en este movimiento y se oponen a Rousseau, a su pensamiento abierto inicial. El término de neoliberalismo es tardío, Locke y Montesquieu no se definen como neoliberales y ponen las primeras semillas de la apertura. El mundo político de este modelo se funda en la posibilidad de elección de los ciudadanos y con ciertas limitaciones. El momento del liberalismo de una segunda etapa es neoliberalismo con los mismos principios en general.  Se da después de la revolución francesa como prolongación de sus causas. La pluralidad y apertura como pasiones existenciales en soberanía de la voluntad general. Me parece que todo movimiento tiene semillas y transformaciones. La revolución desencadena negatividades de libertades sin límites claros. La realidad histórica de la revolución deja secuelas negativas. Es volver a la representación y dejarnos envolver por las buenas premisas de la libertad. Que sea libertad ordenada fuera de la arbitrariedad y sea libertad de ejercerse autónomo en la toma de decisiones y de propiedad, libertad de reunión con otros dentro de las propias inclinaciones y fantasías.  Lo imposible se trata de alcanzar con este movimiento pero se dan limitaciones. Muchos piensan que se transformó en esclavitud de todos por todos. Quizá al ceder la libertad individual por la colectiva en el contrato social contamina al movimiento y nos convierte en esclavos. Es quizás así y también es verdad que nos hemos vuelto esclavos de todo materialismo y de creer que la libertad nos la dan de afuera. Nos tornamos dependientes como prolongación del sistema feudal en degradación del uso de la libertad. Además, acusamos a otros de nuestras carencias y nos olvidamos de servir y de responsabilizarnos por otros pues cedimos nuestro mando supuestamente por seguridad. El cedo de mando se transforma en una dictadura de la mayoría. Nos tornamos egoístas y consumistas irresponsables.  Revisar estos aspectos del modelo nos debe llevar a puntualizar los aspectos positivos de la libertad y reconceptualizarla con el otro al centro como en la filosofía levinasiana. Me parece muy importante matizar este movimiento que ha guiado nuestros pasos a la modernidad. Quedarnos con sus aspectos positivos y no esclavizarnos, liberarnos para ser para todo otro como motivo de vida existencial. 


Reflexionar desde el café por la soberanía de nuestra libertad reflejada en el rostro de todo otro y actuar

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