Ezequiel 3:1
Y me dijo:”Hijo de hombre, come lo que encuentres. Come este rollo y luego anda, habla a la casa de Israel”. Abrí pues mi boca y Él me hizo comer ese rollo. Y me dijo:”Hijo de hombre, que coma tu vientre y que se llenen tus entrañas con ese rollo que te doy”. Y yo lo comí; sabía a miel por su dulzura.
Y se comió el rollo de la Torá y fue dulce y lo llevó dentro y lo transmitió. Pienso que comer es aquí internalizar y la metáfora nos ayuda a comprender cómo podemos ir lejos y aprender más a cada paso en sensibilidad, en cuerpo y alma, en conocimiento y transmisión, en corrección, escucha y retorno.
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