Las instituciones deben responder a la justicia de cada uno. Se deben construir a partir de nosotros y de nuestras pasiones, de la convergencia de nuestros sentimientos justos. Los criterios que van lejos en el reconocimiento de los sentimientos están en Rousseau. Lo sé porque lo siento, pero a veces hay incongruencias y el instinto humano va contra nuestras ideas y nos desafía. He ahí el problema que debemos responder. Se trata del cuerpo y el alma que se cuestionan y van y vienen del uno al otro para encontrar nuevas y mejores soluciones. También se debe ir y venir del uno al colectivo y a las leyes en la búsqueda de justicia social.
El tiempo entra también en juego en esta ecuación, ¿cómo vivimos nuestros tiempos interiores y exteriores, objetivos y de experiencia personal? De la misma manera tenemos que caminar tiempos y tejer puentes para estar en nuestras citas a tiempo y vivirnos en nuestros tiempos interiores, los sanos, del cuerpo cuando se unen al alma y nos elevan en justicia social.
Buscas equilibrios y justicia en tu tiempo
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