Claudia venía de una dinastía de investigadores pero jamás pensó tener que considerar romperla. Sucede que se cansó de la frialdad de sus investigaciones. La distancia entre la realidad y lo que arrojaban sus estudios era enorme. Entonces notó que lo que pasaba era que ella percibía el mundo de otra manera. Despertó y se dirigía al trabajo como todos los días pero algo importante en ella cambió. Se dio cuenta de que el camino que se le había anunciado germinó, su conciencia aumentó sin preguntárselo, como que su entorno adquirió una mayor lucidez y ya no había vuelta atrás. Pensó en abandonarlo todo y comenzar una vida nueva con una nueva identidad. Tras su reciente revelación, extraños signos de cansancio la dominaban, la apatía que mata cualquier ilusión de vida. Su sistema existencial se quebraba y un ambiente frío y lúgubre de trabajo empujaba su misteriosa transformación. Era como si cambiara de piel o le crecieran nuevas alas. Ya no le daba miedo enfrentar su mundo roto y despegar sin ver las consecuencias, abstraerse sin más. Pero su perseverancia y disciplina la convencieron y se quedó. No rompió con su dinastía y consiguió agregar a su vida y a su trabajo su reciente parte mágica revelada que la hacía tan distinta y especial.
Nuevas dimensiones de Claudia en integración
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