Isaías 66:1,
Así dice el Eterno: El cielo es Mi trono y tierra es el estrado de Mis pies. ¿Dónde está la casa que Me podrías construir?¿Dónde está el lugar que podría ser Mi lugar de descanso?. Porque todas esas cosas las ha hecho Mi mano y así existen, dice el Eterno. Pero a ese hombre, lo miraré; al que es pobre, de espíritu contrito y que tiembla ante Mi palabra. El que mata un buey es como si rompiera el cuello de un perro. El que brinda ofrenda vegetal, es como si brindara sangre de puerco. Como escogieron andar por sus propios caminos y su alma se deleita en sus abominaciones, yo también escogeré sus abominaciones y traeré sus temores sobre ellos porque cuando llamé, nadie contestó y cuando hablé, no escucharon sino que hicieron lo que era malo a Mis ojos y eligieron lo que no es de Mi agrado… ¡Escuchad! Viene el templo… Porque así dice el Eterno: He aquí que extenderé la paz sobre ella como un río y la riqueza de las naciones como corriente desbordante y mamaréis de ella.
La paz llegará a nosotros cuando estemos a la altura de ella y lejos de las apariencias. Podemos atraer esa paz con acciones auténticas y claras, libres de distorsiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario