Somos para la muerte como posibilidad y desde ese límite nos acercamos a las cosas. En ese estar ahí dice Levinas de Heidegger, pero a partir de ello debemos estar adelante de nuestra muerte nos dice Levinas, para existir diferente, para el otro, para lo otro.
Mi relación con la muerte como punto límite de la existencia determina de manera importante mi relación con los demás y con las cosas de este mundo. Por ello, podemos abrirnos a una concepción cerrada de su apreciación, una concepción materialista que no la comprende como puerta a otro nivel de desarrollo y provoca miedo y angustia. En este sentido no debemos dejarnos influir por historias negativas alrededor del viaje de transición hacia una dimensión más elevada como el mundo hermoso venidero que nos han retratado si hacemos el bien y nos lo ganamos. Me parece que podemos imaginar bellas transiciones también y actuar en el bien y para el otro en amor desde un sano equilibrio porque eso nos emana naturalmente y sin miedo. Podemos más bien construir imágenes positivas de nosotros y de todo otro en este mundo y llevarnos estas ideas hacia otras dimensiones, en amor y apertura.
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