Nuestro reto en el otro

Job 9:1

Entonces Job respondió diciendo: “En verdad, yo sé que es así… El sabio es de corazón y poderoso en fortaleza.¿Quién que se haya endurecido contra Él ha prosperado?… Dios no reprime su cólera. Debajo de Él se abaten los más soberbios… Soy inocente… Por cuanto Él no es un hombre como yo para que le pueda contestar y vayamos a juicio. No hay árbitro entre nosotros que ponga la mano sobre ambos. Que Él aparte de mí su vara y no me espante Su terror: entonces hablaré y no le temeré, porque en este estado, no estoy en mí mismo”.

Me parece un libro retador y creo que parte de nuestra prueba está  en responder aún en las peores circunstancias. No creo que Dios sea nuestro contrincante en ningún sentido, es nuestro apoyo y nos acompaña en todo momento. De hecho como Etty Hillesum que murió en Auschwitz y tenemos sus diarios, considero que Dios necesita de nuestra ayuda siempre. Nuestras pruebas las hemos decidido nosotros para superarlas y ello no elimina nuestra responsabilidad en los resultados, tampoco se justifican los actos sin ética. También tenemos el ejemplo de Rab Akiva, de la mano divina en todo momento. Lo importante es posicionarnos en el amor y en la fe en todo momento y atender al llamado del otro que nos interpela, es nuestra misión y enfoque de vida; la paz anhelada se encuentra en asistir al otro.