Perek 3, Mishná 13
Rabí Akibá dijo: “La risa y la frivolidad habitúan al hombre hacia la inmoralidad. La transmisión es un cerco (protector) para la Torá; los diezmos son un cerco para proteger las riquezas; las promesas son un cerco para la abstinencia; el cerco para proteger la sabiduría es el silencio”.
Es importante reír y estar alegres en general como lo marca el mes de Adar, también la frivolidad como marca Rav Akiva pues lo superficial es parte de este mundo material y nos ayuda a ver todo sin tanta seriedad, como un cotidiano que va transcurriendo, aunque a la par tengamos claros nuestros objetivos y misión de vida reflejados en el rostro del otro. Los cercos son fundamentales, un grado de distancia en todo, un espacio que separa y dona, transmite y guarda y silencia para más tarde y así cuidamos nuestra vida en la tierra y la reflexionamos sin dejar que nos pase de noche. Para vivir en presencia, el cerco es un pilar.
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