Grace Nehmad

lunes, 13 de marzo de 2023

Actuar

 Isaías 6:10


“Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y comprendiendo con su corazón, no retorne ni sea sanado”. Y le pregunté:”¿por cuánto tiempo, oh Señor?”, y contestó: “Hasta que las ciudades queden sin habitantes y las casas sin moradores y que la tierra sea una desolación total; hasta que el Eterno haya alejado a los hombres y que los sitios abandonados sean muchos en medio de la tierra. Y si todavía quede en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida. Mas como la encina y el roble cuya cepa queda aun cuando arrojen las hojas, así la santa progenitura ha de quedar también”.

A veces es necesario destruir para recomenzar, esa desolación me hace pensar en la pandemia cuando todo se cerró. Es muy distinta a un diluvio. La sensación de desolación me parece más dolorosa, que ya no sea necesaria ni una ni otra, que prevalezcan en nosotros el amor y las buenas acciones desde cada amanecer como oportunidad de ayudar a todo otro.

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