La subjetividad es lo extraordinario del cotidiano nos dice Levinas porque el otro no es como los objetos del mundo bajo mi poder. Mi responsabilidad es fracaso pues veo al sujeto roto y debo asistirlo. Se trata de buscar las relaciones éticas como ethos, como costumbre y como hábito. El lenguaje no es diálogo. El decir es testimonio que no pretende dialogar. Soy espejo de todo otro y me aproximo él en observación. Buscamos así la apertura amorosa y el acompañamiento.
Ser espejo y presencia, acompañamiento
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