La idea es no dejarse llevar por las pesadillas pensaba Liora pero a veces no había dónde esconderse y las catástrofes se repetían. Liora quería crearse animal-máquina y hacer historia con lentes nuevos. Cuidaba todos sus pasos en la tierra y observaba en tiempos truncados cuanto acontecía. A menudo permanecía despierta hasta altas horas de la noche y aullaba su soledad. Quería organizar sus pensamientos antes del amanecer pero nada cuadraba y entonces llegaba Luis a casa y pedía su cena. Liora quería saciar sus gustos subjetivos y ello la sacaba de su caos. El terreno se destruía ante sus ojos en la espera del tiempo de cocción. Entre lo dulce y lo salado Liora colmaba los gustos de Luis y olvidaba. Mañana sería otro día, pensaba. Su animal-máquina encontraría finalmente el equilibrio en sus labores cotidianas. Cada episodio de la vida encontraría su dirección y en su intersección aparecía siempre Luis para rescatar la complejidad de Liora y responder sus preguntas constantes en la simplicidad de un vaso de agua.
Animal-máquina
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