Zóhar tetzavé 181a
Ribí Yehudá comenzó a disertar con el siguiente versículo: “Aléjense del hombre, cuya vida está en su nariz”(Isaías 2:22).Aquí ordenó el Eterno al hombre y le advirtió, que se cuidara de aquellas personas que corrompieron sus caminos, pasando de un camino bueno a otro malo, y se impurificaron con la impureza del Otro Lado.
La idea es mantenerse bajo las buenas influencias y no caer en la corrupción en ninguna de sus manifestaciones. Mantenernos conectados a la fuente infinita divina de luz y ser su canal.
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